Si optas por la comida chatarra tu cuerpo la reflejará en esos kilos de más y en una salud pobre, un sistema inmunológico deficiente y muy poca energía. Y si por el contrario eliges alimentos integrales, sanos y frescos, tu salud se verá beneficiada. Pero… ¿Por qué elegimos entonces la comida chatarra si sabemos que es perjudicial para nosotros? Por lo general, la comida poco sana se ajusta mucho más a nuestro bolsillo, saciando inmediatamente la sensación de hambre. Y estos dos factores, resultado de un estilo de vida rápido y lleno de compromisos, son sumamente importantes. El hambre habitual surge poco a poco y es por ello que normalmente nos da tiempo a escoger los alimentos si escuchamos las señales de nuestro cuerpo en el momento que las envía. Pero el hambre no siempre es una necesidad física sino que también puede manifestarse y confundirse con una necesidad emocional.
Pon más atención en las comidas que eliges y opta por un estilo de alimentación sano. Planea tu día e incluye las comidas y meriendas. Pregúntate si realmente tienes hambre y por qué comes o no paras de comer. Recuerda que las emociones nos transmiten información acerca de nuestro mundo interno. Al igual que los sentidos proporcionan orientación del mundo externo, los sentimientos nos encaminan hacia la dirección correcta para tomar decisiones. Sin embargo, muchos de nosotros llenamos nuestros vacíos emocionales con comida. Si éste es tu caso, por supuesto que tienes una opción. Puedes seguir intentando todas las dietas que se te ocurran o desarrollar nuevas habilidades para comer con sentido y romper el ciclo de comer/culpa/arrepentimiento. Recuerda que únicamente en el balance hallarás la felicidad.