Las razones por las cuales muchas personas se mantienen físicamente activas van mucho más allá de las preocupaciones por tener pectorales grandes o abdominales impresionantes. Muchos disfrutan del ejercicio como una actividad placentera que les permite conectarse a grupos sociales, conocer gente y socializar más. Y otros buscan sentimientos de bienestar integral. Entre ellos, relajarse, dormir mejor, mantener un buen peso y mejorar su apariencia.
¿Y tú? ¿Cómo puedes convertirte en una persona fiel a los gimnasios y al deporte? Para empezar, busca varias actividades que te gusten: caminar, correr, levantar pesas, montar en bicicleta, jugar al tenis o tomar clases de aeróbicos, pilates o yoga. Opta por una amplia variedad de actividades que te gusten, ya que esto te permitirá realizar algún tipo de ejercicio físico sin importar el tiempo o la hora del día. Busca también comprometerte con otra persona para realizar los ejercicios. El aspecto social es muy importante porque te obligará a mantener el compromiso con las personas con las que saldrás a ejercitarte.
Por último recuerda que necesitamos al menos veintiocho días de promedio para cambiar un hábito, así que ten paciencia contigo misma y anímate en los días de menos motivación. Celebra los pasos pequeños que vas dando y recuerda que no se trata de llegar a ninguna parte o de competir para ganar. Llénate de energía y organiza una pequeña rutina de ejercicios básicos que te puedan ayudar a comenzar. Ponte metas realistas en cuanto al tiempo que estarás haciendo ejercicio y recuerda que deberás comer alimentos sanos y tomar bastante agua.
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