El uso del hilo dental resulta vital en tu rutina diaria de cuidado bucal porque te ayuda a eliminar la placa que se forma entre los dientes y a lo largo de la línea de las encías, áreas reconocidas por los expertos como de difícil acceso.
El no usarlo podría causar caries, problemas de encías y la pérdida prematura de tus dientes. Es recomendable que acostumbres a tus hijos desde muy temprana edad a utilizarlo después de un buen cepillado.
A continuación te sugerimos los siguientes pasos para el uso correcto del hilo dental:
1. Corta un pedazo de hilo lo suficientemente largo (aproximadamente 50 cm) y enrolla la mayor parte en uno de los dedos medios.
2. Enrolla el hilo restante en el mismo dedo de la mano opuesta y utiliza este dedo para ir recogiendo el hilo dental a medida que lo vas usando.
3. Estira un pedazo pequeño del hilo, aproximadamente 4 cm de largo, usando los dedos pulgares y los índices.
4. Desliza el hilo entre los dientes imitando el movimiento de una segueta o en zigzag. Cuando éste alcance las encías, muévelo imitando una letra C contra la superficie de uno de los dientes e introdúcelo suavemente entre la encía y el diente. Nunca lo introduzcas violentamente contra las encías.
5. Debes repetir esta misma operación en cada uno de los espacios que hay entre tus dientes y no olvides frotar el hilo contra cada una de las paredes de los dientes para asegurarte de que estás eliminando los restos de comida y placa.
Recuerda que independientemente de la frecuencia del cepillado, si no utilizas hilo dental es prácticamente imposible eliminar los depósitos de comida que se quedan entre los dientes. Una buena rutina de limpieza bucal debe incluir el enjuague, la pasta dentífrica con fluoruro, el cepillo (que debes reemplazar cada tres meses o antes si las cerdas se desgastan) y el hilo dental.
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