La detección temprana es clave en el tratamiento del cáncer de mama. Gracias a la mamografía y otros métodos de detección, es posible identificar el cáncer en sus primeras etapas, cuando aún es localizado. Esto permite a los médicos tratar el cáncer de manera más efectiva, utilizando técnicas como la cirugía, la radioterapia y la quimioterapia.